los contemplados

No deja de ser artístico que junto a la dulzura de la lechera de vermeer haya siempre un hombre armado.
Los museos han sabido conjugar esa dura mezcla que es la vida, sabedores de que la leche rara vez se corta
si la obra se expone, pongamos, en una apacible granja de jutlandia.

En esta serie de fotos (robadas en los museos, con cierta mala leche), los contemplados no son los cuadros,
sino sus vigilantes. Se propone una visita del louvre al moma admirando otras obras:
"los guardaespaldas de los girasoles", "el centinela del jardín de las delicias", "la escolta del angelus".

La estirpe de los contemplados tiene su gran mérito. Hay que sobrevivir los días bajos de otoño junto al grito,
aguantar el hambre rodeado de sopas campbell y pasar horas y horas ante la mirada de nefertiti sin poder besarla.

Sólo ellos lo consiguen y sólo ellos, además, guardan un enorme secreto. La mujer que cada minuto grita no flash please
junto a la gioconda sabe mucho más de su enigmática sonrisa que el propio da vinci.
Pero nunca nos desvelará el misterio. Ese es su principal trabajo. Custodiarlo.

Por mucho que nos sorprenda oír un bostezo ante el caballero de la mano en el pecho y aunque cada vez veamos
las ojeras más marcadas en las bailarinas de degas, los vigías del arte nunca reconocerán que cuando nos vamos de los museos
los retratados bajan de sus cuadros y se frecuentan y se aman y se citan y se esperan y celebran mil fiestas hasta el amanecer
antes de volver a subir pacíficamente a sus lienzos para desayunar sobre la hierba.

X

esta web se acabó de imprimir
en los talleres moo de
El Pinar de las Rozas-Madrid
utilizando caracteres tipográficos
andale mono, mónaco y courier, el
21 de septiembre del año 2007,
día de San Jonás, patrón de
náufragos.

www.moo.es

X

Todas las imágenes y los textos de
esta web tienen derechos registrados
y queda prohibida su reproducción total
o parcial por cualquier medio o
procedimiento sin contar con la
autorización previa, expresa y
por escrito del autor.

© oskar alegria